LUDEÑA URQUIZO, WILEY
Este volumen, con textos que abordan distintos temas y periodos de nuestros 200 años de vida republicana no tiene, ni de lejos, la pretensión de absolver esta promesa. En conjunto estos textos aspiran apenas a esbozar algunos encuadres de un camino que de por sí resulta siempre sinuoso, rizomático, de muchos ramales, paisajes y pasajes de destino imprevisible. Tampoco el libro pretende inaugurar ningún camino nuevo. Este ya empezó a ser recorrido por quienes, como Emilio Harth-Terré, Héctor Velarde, José García Bryce o Juan Günther nos legaron las primeras señales. Y, en especial, a aquello que considero el principal grupo de renovación historiográfica del Perú contemporáneo: aquel colectivo constituido por Pedro Belaunde, José Beingolea, Marco de la Torre, José Pineda y el que suscribe, que, a mediados de la difícil década de 1980, en el marco de la primera maestría de Teoría e Historia de la Arquitectura impartida por la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), apostó, por primera vez en el país, entre otras iniciativas, a «profesionalizar» el trabajo historiográfico en arquitectura y urbanismo, deslimeñizar el objeto de interés histórico de la arquitectura peruana, así como priorizar los estudios de la arquitectura republicana y contemporánea e incorporar «otras» arquitecturas marginalizadas en el análisis histórico, entre otros aportes. Es difícil olvidar esos memorables coloquios organizados en grupo o por separado que realizamos desde Piura hasta Arequipa, desde Huancayo al Cusco y Trujillo, llevando este mensaje de renovación historiográfica y despertando vocaciones para ver de un modo distinto nuestra historia. El libro encarna este espíritu.