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PPPP (Productos Peruanos Para Pensar), es la extensa obra performántica de Alberto Casari y los alter ego Alfredo Covarrubias, Arturo Kobayashi y alias El Místico. Creado por Casari en 1994 durante su estadía en Italia, PPPP se presenta como una empresa en la cual el artista se despersonaliza para desaparecer como creador individual, optando por el anonimato de un logo. Desde entonces, PPPP produce arte con diferentes medios, como son la pintura, a cargo de Kobayashi y alias El Místico, la poesia visual y los textos escritos de Covarrubias y las acciones y performances de Covarrubias ejecutadas por Casari.
Al respecto, el crítico Jorge Villacorta afirma en 2004: Inicialmente, hizo de su obra la conjunción de dos mentes: la de Alfredo Covarrubias, poeta con inclinación artístico conceptual residente en Rotterdam (su primer heterónimo o, es decir, nombre con el cual cultivar otros aspectos de su personalidad) y la suya propia. Su firma desaparecía y aparecía en vez el logo de una empresa: PPPP. Dentro de ella, sin perder su nombre, Casari se convertía en alguien que no era exactamente él. Con la heteronimia cuestionaba la obsesión con la firma como sello del artista y el fetichismo centrado en la posesión del cuadro como lo esencial en la relación del hombre con el arte. Las obras de PPPP no eran objetos asociables a la expresión emocional o a la subjetividad. Pronto, por eso, el artista exploraría nuevas rutas y en su producción aparecería la rama PPPPdesign en la cual dos mentes, esta vez si en dos cuerpos (el artista y su esposa), fabricarían objetos de decoración domestica (Enciclopedia temática del Perú, Cap. 1, Arte y Arquitectura, El Comercio).