WOLTON, DOMINIQUE
Índice Prefacio
Introducción
Comunicar no es un juego de niños
De la aldea global a la torre de Babel 1. El siglo de la comunicación
Nacimiento del sujeto
La autoridad negociada
Solo y multiconectado
El triunfo del receptor
Cinco tipos de información
Seis mil millones de identidades
El conflicto de las legitimidades
La información
La acción
El conocimiento
Bibliografía 2. La comunicación y sus enemigos
La sociedad del espectáculo
Narciso en el espejo
Lo que dice la telerrealidad
Las élites y la universidad
La nueva disputa entre antiguos y modernos
Los conceptos blandos
La ideología técnica
"El progreso no se detiene ..."
Las cinco contradicciones de la sociedad de la información
Bibliografía 3. Libertad, igualdad... comunicación
Los comunicadores
Los nuevos oficios
Comunicación y trabajo
Comunicación y política
El retorno de lo social
El nuevo espacio público
Medios y sociedad
La tercera mundialización
Información y comunicación
Respetar la diversidad cultural
Bibliografía 4. Pensar la incomunicación
Un nuevo estatus para el otro
Revalorizar la identidad colectiva
La revancha de la geografía
Preservar la heterogeneidad
Conocer / actuar
Nacimiento del experto
El principal enemigo de uno mismo
Bibliografía 5. Las tierras de conviviencia
La cantera europea
El laboratorio de la fracofonía
La Francia multicultural
Bibliografía Conclusión: Comunicar es convivir
Identidad y alteridad
Comunicación e incomunicación
Comunicación = democracia = convivencia Glosario
¿Salvemos la comunicación? En este nuevo trabajo, Dominique Wolton plantea el riesgo que sufre, en la actualidad, la Comunicación de ser vaciada de contenido, manipulada y reducida a comercio por culpa de una «la filosofía tecnológica y económica» que domina las reflexiones sobre el tema. No es suficiente que los mensajes e informaciones circulen con rapidez en un mundo globalizado; es urgente que la comunicación siga siendo un factor de libertad y de progreso, y que recupere su función primordial para el enriquecimiento de la vida democrática en el seno de las sociedades. Para el investigador francés, la aldea global es una realidad técnica a la espera de un proyecto político humanista que garantice el respeto de la diversidad. Es necesaria la puesta en marcha de un proyecto político que reformule los conceptos, pues de lo contrario la información y la comunicación pueden llegar a convertirse en condicionantes de conflictos y en el germen de una guerra de civilizaciones.
Comunicar no significa intercambiar información entre personas que no comparten los mismos valores e intereses, sino que, sobre todo, ha de implicar la aceptación del otro para establecer relaciones sociales que contribuyan al mejor desarrollo de la vida de los seres humanos. Sin embargo, durante los últimos años, el avance técnico y el incremento de las nuevas tecnologías, si bien redujeron las fronteras y acortaron las distancias físicas, también pusieron en peligro la comunicación, entendida como un componente esencial de las relaciones sociales y políticas Si se pretende salir de una filosofía meramente «tecnicista» de la comunicación, afirma Wolton, esta será una cuestión que corresponderá a la política, y más precisamente, de la democracia. Oponer los medios de comunicación antiguos y modernos es una problemática del pasado que debe analizarse en conjunto. En ese sentido, salvar la comunicación es aceptar los riesgos de la incomunicación y defender los ideales de la democracia para evitar la pérdida de las identidades y de la cultura.