WOLTON, DOMINIQUE
El frívolo optimismo de las industrias de la comunicación pretende hacernos ver que ya somos ciudadanos del mundo, capaces de asimilar las herencias más diversas y de
confeccionarnos una especie de identidad de bricolaje. Pero, en realidad, estamos muy lejos de esta pretensión cosmopolita. La información, durante largo tiempo considerada como motor de la emancipación, puede convertirse en un factor de incomprensión y hasta de
odio. Para Wolton, el triángulo entre identidad, cultura y comunicación debe ser el marco para una nueva apuesta política en el plano mundial que vaya más allá de los dictados de la técnica y la economía. La condición necesaria para esta política es la convivencia cultural
pacífica, que Dominique Wolton define como «la otra mundialización», un fenómeno al que nos enfrentamos inevitablemente en los inicios de este siglo xxi.