AA.VV
Ha conseguido Guillermo Vázquez Consuegra algo que supera ampliamente el conocimiento del oficio o las virtudes propias de la arquitectura bien generada y bien construida.
Cuando la precisión de las palabras busca una belleza que transciende el rigor de lo descriptivo nos aproximamos al mundo de la poesía. Esta búsqueda está presente en la manera de construir y de caracterizar la arquitectura que nos regala Guillermo Vázquez en todas sus obras.
Los materiales se encuentran los unos a los otros de manera natural, sencilla, con una precisión que no necesita buscar el más difícil todavía. Se trata de una exactitud elegante por lo natural de la misma, construida desde la rima átona de tres palabras sutiles, tres palabras que sólo el que alguna vez las ha pretendido conoce lo esquivas que pueden llegar a ser. El diccionario de la elegancia no está en ninguna biblioteca, se construye en el interior de cada uno con los tiempos que otorga la mirada adecuada y la refl exión sobre el oficio.
Esas tres palabras, esos tres materiales, esas tres ideas, son capaces de reconstruir la sensación de una seducción poética que nos recuerda el valor que tiene un detalle ausente.