Básicamente es un libro de coctelería con pisco, donde hay temas que son ineludibles: se aborda en forma muy simple y sin muchos tecnicismos el entendimiento de nuestro aguardiente nacional, término que por cierto no es despectivo, como muchas veces se cree.
Un aguardiente es un espirituoso, igual que el whisky o el destilado de caña, pero no es un licor. El pisco es, por tanto, un aguardiente y su calidad depende de la honestidad de los productores.
Se trata en forma amplia la coctelería con pisco, con indicaciones destinadas a mantener y acrecentar el prestigio de un patrimonio nacional; y llama la atención de todos los involucrados con nuestro aguardiente (desde los productores hasta los consumidores) explicando claramente la importancia de mantener su buena calidad.