ECHARTE RAMOS, JOSÉ MARÍA
A veces los arquitectos nos hemos creído tanto el papel de genio inalcanzable y heroico 'que alguien diseñó para nosotros' que hemos acabado por olvidar a aquel niño, aquella niña, que pintaba casas de tiza en el suelo. Que preguntaba siempre por qué. Estos textos, compulsivos, indignados, serios y divertidos, escritos desde un profundo amor por la arquitectura, forman parte de una reflexión constante sobre la disciplina, entendida como un ecosistema complejo que va de la política a la moda, de las universidades a los estudios donde toda una generación de jóvenes profesionales rema a ritmo de galera, de nuestros lugares comunes 'de los que reírse, cómplices' a nuestros fantasmas más oscuros 'de los que desprenderse, juntos'.
Dejen salir al niño curioso que todos hemos sido. Al que dibujaba casas de tiza. Y, sobre todo, al que preguntaba siempre por qué. No tengan miedo. Todo va a salir bien.