EDGAR ALAN POE
No es nueva la fascinación que ejercen los márgenes de cada página sobre los lectores; hace ya unos siglos que T.S.Coleridge acuñó el concepto de Marginalia, dándole nombre al ejercicio de comentar, traducir o aumentar los libros leídos sobre sus espacios en blanco. Y si para los monjes medievales consistía en una suerte de diálogo con la dura tarea de copiar textos, para Edgar Allan Poe esta posibilidad llegó a ser un género.