MALLARMÉ, STÉPHANE
Este bello rostro, este verde paisaje, envejecerán, se marchitarán, pero los tendré para siempre tan verdaderos como en la naturaleza, tan bellos como en el recuerdo, perpetuamente míos; lo que preservo no es el fragmento de naturaleza, que ya existe y que será siempre superior a cualquier representación, sino el gozo de haber recreado la naturaleza pincelada a pincelada.