MENDES DA ROCHA, PAULO
Si la proclama de que la ciudad debe ser para todos resulta necesaria es porque se olvida con frecuencia la justificación útlima de nuestro oficio: que la arquitectura no es sino la manifestación de un conocimiento que ha de ser solidario y generoso. La obra de Paulo Mendes da Rocha es intensa y arriesgada, tanto por su materialidad como por sus plateamentos estructurales. Pero en esta selección de entrevista descubrimos que, para él, lo más importante no son los edificios sino la técnica en cuanto sabiduría ante la naturaleza, la observación como herramienta crítica y la inteligencia como el el más sensible instrumento de análisis en torno a lo humano, la ciudad y la casa. La arquitectura viene después, pero si la ciudad no es de todos, si la arquitectura no nos lo demuestra, entonces, no es nada.