JUAN MIGUEL HERNANDEZ LEON
La arquitectura del museo o de las salas destinadas a exposiciones no deja de ser un instrumento destinado a una peculiar utilidad: la de servir de marco a narraciones sobre el arte, o sobre los objetos o acciones que constituyen el amplio campo de la experiencia estética o de la divulgación científica, todo ello sin olvidar que la arquitectura responde a una disciplina estructurada y fundamentada en unos principios propios, consolidados por su misma historia. La gestión de los museos necesita, pues, entre otras no menos importantes competencias, de un conocimiento adecuado de la especificidad de la arquitectura que le sirve de receptáculo.