LARRABURE, CECILIA
La captura en 1992 de Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, marcó la derrota y el desarme de dicho movimiento y debió iniciar el camino hacia la paz y la reconciliación nacional. Sin embargo, entre los marginados de ese proyecto de reconciliación estuvieron los huérfanos de la violencia, quienes fueron retratados entre 1994 y 2004, como un intento de documentar parte de su vida.
El Estado peruano actuó de manera muy deficiente en su responsabilidad hacia estos niños desposeídos, principales víctimas del conflicto. Ellos carecían de las herramientas materiales y emocionales para realizar el tránsito desde el sufrimiento a la recuperación y requerían del apoyo del Estado y de la sociedad en su conjunto para poder superar esta situación.
CIERTOS VACIOS registra las vidas de estos niños hasta su vida adulta, junto con sus anhelos, temores , conflictos y sueños. De este modo llama a la reflexión sobre la ausencia de programas integrales en salud mental para ayudarlos a superar los traumas y secuelas del conflicto armado y sobre las consecuencias de ea falta de atención en la violencia estructural que hoy todavía afecta a algunas zonas de nuestro país.