TAMAYO, AUGUSTO
Barranco es, tal vez, el distrito con más encanto de la ciudad de Lima. Debido a la afortunada conjunción del espíritu de sus originales fundadores a finales del siglo XIX, al haberse mantenido y respetado su perfil urbano y humano a lo largo de los años y, de manera fundamental, gracias al ardoroso empeño de sus vecinos por conservar lo que tiene de esplendoroso, fue y es un lugar distintiivo de la Lima comtempóranea.
El sabor de Barranco es inconfundible. Está hecho de una combinación de trazo urbano, arquitectura, ubicación geográfica, historia y, fundamentalmente, del gusto y sentimiento de aquellos que nacieron o se asentaron en el distrito. o es casualidad que los artistas y escritores se hayan afincado en tan grande número en Barranco desde su fundación. Es ese sabor y ese encanto lo que ha permitido que a lo largo del tiempo se haya comparado a Barranco con las ciudades costeras italianas de Amalfi o Sorrento, igualmente ubicadas sobre alto acantildado al borde de un reluciente mar.
Barramcp es el presente y el incuestionable futuro del turismo que visita la ciudad de Lima. Es indudable que su destino está ligado a su carácter cultural y artístico más que a ninguno otro, de allí la actual proliferación de galerías, museos, restaurantes y hoteles. Ese fue su espíritu que guiará su innegable y manifiesta prosperidad futura.