AA.VV
El presente de la casa es la prolongación de su pasado, pero también una prefiguración de su futuro, mostrando la resistencia de los hábitos cotidianos al paso del tiempo. La de la modernidad fue la última revolución residencial, y los modelos que surgieron de ella a ambos lados del Atlántico no han perdido vigencia, como tampoco ha dejado de considerarse el proyecto doméstico un campo de pruebas para otros tipos de edificios: las formas de lo íntimo se transmutan en ocasiones hasta alcanzar dimensión pública.