CRUMB, ROBERT
Imagina a John Fante escribiendo una novela sobre la felicidad. Algo así como una comedia romántica que, dentro de cuatro años, protagonizarán Hugh Grant y Julia Roberts caminando hacia el altar. Imposible, ¿no? Nada es imposible ("...podemos hacernos invisibles", que decía Ricky Martin). Robert Crumb desquicia a sus seguidores reviviendo aquellas tarjetas de felicitaciones de Cleveland de sus inicios, aquellos bocetos en blanco y negro donde las flores, los mensajes positivos y el love power flotaban por el aire. Seguramente América y el mundo no sabían que el misántropo más pesimista, maldito y grotesco del trazo cómico se transformaría en la antítesis de esas tarjetas, dibujos e irónicos retratos que, con dulzura y amor por lo bello, La Cúpula recopila en La cara más dulce de Robert Crumb.
Mito underground donde los haya, figura básica del cómic maldito, quien sigue poniendo imagen a aquellos grupos de rockabillys excesivos, nobre más importante de la genial editorial Fantagraphics Books, creador de revistas como Zap Comix o Weirdo (dando cobijo a un púber Peter Bagge), instigador de gente como Daniel Clowes o de series como Beavis & Butt Head o Los Reyes de la Colina y creador de personajes como El gato Fritz o Mr. Natural, entre muchos otros, se ve ahora envuelto en una encrucijada parida de su puño y letra: sus orígenes. Aquellos donde hay que luchar por ganarse las perras, coger cualquier trabajo y saber que, viviendo en los states del flower power y el hippismo incipiente, difícil era escaparse a toda aquella alegoría de lo bello y magnífico que es el mundo. Además de varias imágenes familiares, entre las que destacan alguna que otra tira cómica con su hija Sophie o bellísimos retratos a su esposa Aline (sin la cual estaría muerto, firmado por el propio Crumb), a populares músicos, dúos o grupos de blues y jazz de antaño (desde B.B. King y Lightnin Hopkins a Kansas Joe and Memphis Minnie o The North Carolina Ramblers, entre otros) como varios de los bocetos, divertimentos y trabajos para revistas actuales retratando a la juventud y la gente de hoy en día. Poco sexo y mucho amor para un libro en el que brilla, sobre todo, la curiosidad por conocer un nuevo perfil del rey del cómic underground (aunque su gusto por las formas reales, toscas, curvilíneas, sexuales y tórridas femeninas permanezcan inertes y su pasión por el lenguaje irónico, simbólico y descriptivo sigan latiendo en sus trazos).